El original rompecabezas fue inventado en 1974 por Erno Rubik, un
escultor y profesor de arquitectura de la Universidad de Budapest. Poco
hacía presagiar que esa idea original se convertiría con los años en el
juguete más vendido del mundo.
Para
Erno, su cubo era más que un juguete, suponía un instrumento para
explicar a sus alumnos conceptos académicos como las relaciones
espaciales o los contrastes de la condición humana a través de un objeto
de arte que exploraba nuevas formas.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhabdIUK66UE6k6sIGC76DCU74D142lp-xdZN1fFYpf-azQHP2ubepaXHg391NLtGc6mTywHF82I0kdOWa6muK6iv39BIlbOVd9DQ1v1BZnmD6AZZRG7c-WfcK-e1uDVGhhWTpcOreQoqg/s320/3FC44B38-5F49-4FB0-A1AD-2F077AEB46C5_cx0_cy5_cw0_mw1024_s_n_r1.jpg)
Los
primeros cubos mágicos fueron fabricados y distribuidos en Hungría por
Politechnika, consiguiendo una gran aceptación entre los habitantes del
país. Durante esos años, Hungría pertenecía al régimen comunista, por lo
que resultaba difícil que los cubos mágicos de Rubik fueran exportados
de forma masiva a otros países durante esos años.No fue hasta la
celebración de la Feria del Juguete de Nuremberg cuando el destino de
los cubos mágicos cambiaría para siempre. En esta feria el cubo hizo las
delicias de los asistentes y Tom Kremer, un especialista del mundo de
los juguetes, se comprometió a venderlo y distribuirlo por todo el mundo
a través de la empresa Toy Company, no sin antes establecer un nuevo
nombre para el producto: “Cubo de Rubik”.